Km 20,500 de la carretera NA-120 Estella-Beasain.
A la izquierda según llegamos de Estella quedan los restos de la antigua venta de Zunbeltz.
Sólo cimientos y un cartel que todavía dice que tengamos cuidado con el edificio, pues corre riesgo de hundimiento ¿?
Cruzamos la alambrada por paso junto a la puerta de hierro y derivamos por el camino herboso hacia la izquierda, siguiendo los antiguos muros. Cuando se acaban seguimos rectos hasta un hito que nos indica el ramal izquierdo por donde debemos ascender.

El camino comienza a subir y pronto se mete entre arbolado. Las especies son muy variadas. Predominan las hayas, pero se acompañan de arces, robles, tilos, bojes, enebros, avellanos...
Aparece algún claro, pero la mayor parte del tiempo iremos rodeados de árboles.
0:23 - Conforme ascendemos se va quedando el hayedo más limpio. Sólo algún acebo suelto entre los troncos soporta la sombra del bosque.

Puerta de hierro para superar una alambrada. Estamos en la zona de Portandia, cerca del camino que sube de Ibiricu y el Monasterio de Iranzu.
Luego llegaremos al mismo, pero ahora, sin alcanzarlo, derivamos a la izquierda, hacia zona despejada.

Después tendremos oportunidad de disfrutar de una vista más espectacular, pero ésta, a primera hora de la mañana, puede elevarnos el ánimo.
La silueta de Beriain sobrepasando el cresterío de Andia es espectacular.
Debajo vemos la herida de la cantera junto al túnel de Lizarraga.
Estamos sobre una pequeña altiplanicie que hace las veces de balcón sobre Andia.
Volvemos sobre nuestros pasos para llegar al camino.

Camino ancho que sube de Ibiricu e Iranzu (poco más arriba de la puerta de hierro antes citada). Unos metros antes ha trazado una curva cerrada de 90º para tomar dirección noroeste, rodeando el alto de La Nevera. Esta zona recibe el nombre de Portandia. Hay una baliza del PR NA-181A.
Por la derecha en ascenso. El suelo es duro e irregular. Cabe la opción de ascender entre el arbolado de la izquierda siguiendo sendas de ganado. Incluso si queremos ganar directamente la cima de «La Nevera», entre el hayedo y después por terreno con matorral, es perfectamente factible. Así haríamos el itinerario justo al revés de lo que contamos aquí para volver de Dulanz.

Esta es la vista al llegar a la cima de «La Nevera» si alcanzamos directamente este punto desde Portandia.

Sin embargo, si rodeamos La Nevera ascendiendo por el camino llegaremos al Portillo de Urritzaga.
Una tapia recorre la zona a la derecha con una puerta que da paso hacia dos bordas y al camino de Otsaportillo. Luego iremos por ahí.
De momento, paralelos a la tapia, el recorrido nos conduce hacia la izquierda, alejándonos gradualmente en dirección a Dulanz.
Hay una baliza del sendero antes citado.
Por terreno despejado salpicado de enebros y algún acebo nos acercamos a la mayor elevación que domina la zona hacia el suroeste. Conforme nos acercamos el camino nos hace descender un poco para tomar un pasillo entre arbolado que nos conduce muy cerca de la cima.
Basta con atravesar el arbolado por sendas de ganado y salir a los rasos que rodean la cima...

Cima de Dulanz.
El vértice geodésico ocupa lo más alto; unos metros al este se encuentran, sobre roca, dos buzones. Uno de ellos se levanta sobre una barra de hierro que acaba en un triángulo con un recipiente cilíndrico.
El otro es como una banqueta de acero inoxidable, con una tapa que lleva grabado un lauburu en relieve.
Hay restos oxidados de otro más antiguo.
Excelente vista, por lo despejado de la zona. Hacia el sur queda relativamente cercana la cima de Montejurra. Hacia el oeste, más alejada, la sierra de Codés con la cima de Ioar. Al norte se extiende Urbasa y al este Andia.

Volvemos sobre nuestros pasos. Vamos a regresar hasta el portillo de Urritzaga para atravesarlo y seguir más allá.
En principio descendemos la cuesta pero antes de acercarnos al portillo podemos desviarnos unos metros para visitar la loma de La Nevera (si es que no hemos venido desde ella). La elevación queda a nuestra derecha. Subiendo por el prado y algunas piedras...

Cima de La Nevera.
De vista y características semejantes a Dulanz, aunque más modesta. Ahora descenderemos en dirección norte, en línea recta hacia el Portillo. Cuando llegamos al matorral se puede sortear sin excesiva complicación para salir justo frente a la puerta de hierro.

Portillo de Urritzaga.
Pasamos la puerta y seguimos el camino que toma dirección norte por el raso. Terreno ondulado, con bastante piedra suelta entre la hierba.
1:26 - Aunque unas marcas se van a la izquierda seguimos rectos. Enseguida giramos y nos metemos en el hayedo.
Dentro del mismo, unos minutos después, giro al norte.

En suave descenso salimos del arbolado.
Empezamos a ver marcas amarillas y blancas sobre troncos y piedras salientes de un PR que nos va a acompañar hasta las cercanías de Tximua.
Mantenemos la dirección norte un rato y nos acercamos a un pinar.

Junto al arbolado hay una bifurcación.
En la misma una placa de piedra indica a la derecha hacia Arleze/San Adrian. Tomamos por ahí en dirección este, subiendo suavemente por los prados.
Estamos en el paraje de Olderiz.
Pocos metros después...

Bifurcación. De frente (opción derecha).
A la izquierda, en el raso, unas marcas se van al norte y pasan entre la balsa y la sima de Olderiz (cercada y protegida). Al lado hay un aska.
Puede ser interesante seguir adelante por esta desviación si tenemos sentido de la orientación. En realidad, después de meterse en el bosque adelgaza hasta convertirse en senda y, tras un paraje de taludes rocosos, tuerce hacia el este y por una suave depresión acaba por enlazar con el camino que vamos a describir. Pero si no conocemos la zona, aunque nos desviemos a ver la balsa y la sima, el itinerario seguro es el siguiente:
Seguimos de frente, dejando al norte la balsa y la sima y ascendiendo suavemente por el raso, con la indicación de las piedras pintadas que sobresalen del suelo.

El camino gira a la izquierda, después de subir un rato por el prado, y va tomando dirección norte al mismo tiempo que se acoge bajo la sombra del hayedo.
Durante largo rato nos va a llevar por el bosque. La dirección principal es el norte. En algunos casos, para sortear dolinas y depresiones toma orientación oeste, pero enseguida gira otra vez hacia la dirección habitual.

De la izquierda llega una senda apenas visible entre las hojas del suelo por una suave depresión. Es la que viene desde la bifurcación de Olderiz por el ramal que se iba al norte y que hemos descrito anteriormente (véase en 1:40 h).
Seguimos adelante. El hayedo es limpio y sombrío. A veces alfombrado de hojarasca, en otras ocasiones con el suelo torturado por el karst, con innumerables agujeros y grietas tapizados por los musgos.
Las señales amarillas y blancas nos guían sin problema durante todo el camino.

La segunda vez que el arbolado se aclara es después de subir un pequeño repecho con rocas a la izquierda.
En ese momento, en que el camino gira bruscamente 90º hacia ese lado, podemos desviarnos girando justo al revés por la derecha, junto al borde de una depresión, y descendiendo con suavidad durante 200 metros en dirección este. Por aquí el arbolado es escaso (cada vez más cuanto más avanzamos).
Así, pisando sobre lajas de caliza sueltas, llegamos hasta un cortado que cae sobre el rincón de Ollide.

Cortado sobre la falla de Zunbeltz.
Es un excelente mirador sobre las cuestas que descienden desde la cresta de Urbasa (paraje de Ollide). Sobre ellas se eleva la sierra de Beriain con la ermita de San Donato en la cima.
También divisamos a nuestros pies la depresión por la que circula, rectilínea, la calzada romana que después recorreremos y que llega hasta las inmediaciones de Zunbeltz.

Ahora tenemos dos opciones. La más cómoda, pero también más larga, es la de volver hasta el camino que hemos abandonado en el punto anterior y seguir adelante.
La segunda posibilidad es descender directamente hasta la depresión de Zunbeltz. Para ello retrocedemos unos metros y, por la depresión que teníamos al lado conforme llegábamos al mirador, buscar los mejores pasos para bajar por lo más practicable. La pendiente es muy fuerte y hemos de tomarlo con calma y precaución. Así bajaremos un desnivel de 200 metros hasta llegar a las inmediaciones del dolmen de Ilusiar.
Esto nos permite acortar el recorrido aproximadamente en 3,700 km.
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Seguimos describiendo ahora el recorrido por arriba. Para ello retrocedemos los 200 metros que nos hemos desviado, subiendo con suavidad hasta el camino.

De nuevo en el camino. Seguimos adelante. Los cambios de dirección son ahora más frecuentes porque hemos de salvar más altibajos del terreno.
No obstante la tónica de nuestro caminar y el aspecto del bosque son parecidos.
2:57 h (10,76 km) - Otra zona desde la que asomarse sobre la zona de Ollide queda a escasos metros del camino.
Continuamos.

Salimos a terreno abierto. El camino desciende entre espino blanco y hayas sueltas.
Pronto se une al camino-pista que llega desde el raso de Aizaluza y las inmediaciones de Zulo-Aundia. Por la derecha, en principio, descendemos para ascender enseguida unos metros.

Nada más empezar a ascender nos desviamos, en la curva, por la derecha.
Estamos en la calzada romana y enseguida, después de pasar una zona rellenada con piedra para salvar una vaguada, nos acercamos a una de las simas más conocidas de Urbasa.

A la izquierda de la calzada queda la sima de Tximua.
Rodeada con doble tapia, en la placa se explica cómo la profundidad explorada del agujero alcanza los 165 metros.
Seguimos por la calzada, ahora en claro y sostenido descenso, con el cortado de la falla a nuestra derecha. Los romanos dejaron una excelente vía que, a pesar del paso de los años, se mantiene con buenas condiciones para el paso. Bien diseñada va salvando las dificultades de este paraje, a veces en zonas despejadas, pero la mayor parte del tiempo bajo arbolado, hasta llegar, después de un buen rato, a...

Dolmen de Ilusiar.
Este es el punto al que llegaremos si hemos atajado bajando por la empinada ladera, desde el mirador antes descrito.
A partir de aquí el itinerario es único.
Del dolmen en realidad parece no quedar más que un túmulo.
Estamos en el fondo del valle, el raso de Zalbide. A nuestra espalda hemos dejado las cuestas de Ollide y de frente nos queda una llanura salpicada principalmente de espino blanco y arces mezclados con hayas sueltas. Pero los prados predominan en la zona, como transición entre las sierras de Urbasa y Andía.
La calzada marcha ahora como trazada con tiralíneas. Es recta, siempre rellenada con piedras para salvar los desniveles. A veces parece perderse cubierta por el prado, pero reaparece el trazado pocos metros más allá. No hemos de fiarnos de las desviaciones, aunque sean de trazado más claro que la propia calzada.

Unos doscientos metros a la derecha, rodeada de tapia como las simas, tenemos la balsa de Ilusiar.
En verano llega a secarse.
A esta misma altura se va a la izquierda una pista que alcanza las bordas de Benta Berri, junto a la carretera mucho mejor trazada que nuestro itinerario, pero... Seguimos nuestra recta adelante.

Unos 30 metros a la derecha queda la sima del «Roble».
La calzada sigue su trazado recto. En algunos momentos hemos de sortear algunas ramas que obstaculizan el paso ligeramente.

Alambrada y escalerilla.
Al otro lado hay una senda que mantiene la dirección mientras dejamos a la derecha las ruinas de las antiguas bordas de Iratxe (en su día pertenecieron a este monasterio). Amenaza la senda con cerrarse pero no llega a hacerlo. Después se une un camino más ancho que sale de un campo con tapia y enseguida salimos a través de una puerta de hierro a...

Carretera NA-120 (entre los km 20 y 21).
Escasos metros más atrás está la borda de Narciso al otro lado de la carretera. Véase la ruta que pasa por la misma y toma el camino de Zaborrate.
Girando a la derecha, hacia el sur, seguimos el arcén.

Venta Zunbeltz aparece a la derecha después de una curva.
Hemos terminado el recorrido.