Hemos aparcado junto al inicio del bosque de carrasca, donde el carretil pierde el asfalto y pasa a ser pista de grava.
Ascendemos rectos.

A la izquierda había una verja que rodeaba un repetidor y una caseta transformadora.
Unos metros más adelante bifurcación. El camino de la derecha es el de retorno. Ahora tomamos por la izquierda.
Tres minutos después aparece, a la izquierda, junto al camino, la cruz en piedra de la primera estación del Via Crucis. Una placa dice: «Caminante. Reza este Via Crucis en memoria de los carlistas que murieron por el Ideal en los siglos XIX y XX».
El camino sube en zigzag, en pendiente pronunciada sin apenas pausas, por la parte izquierda del barranco, en medio de un cerrado carrascal. Se suceden las estaciones con cruces semejantes a la descrita.
Paulatinamente la anchura es cada vez menor y el camino se va convirtiendo en senda. No obstante la ruta es muy clara y sin confusión alguna.

Alcanzamos la cresta Este de Montejurra, abandonando el barranco al mismo tiempo que salimos del carrascal y podemos divisar el paisaje hacia el Sur. A nuestra izquierda queda la octava estación, con la placa que puede verse en la imagen.
En este punto se incorpora el camino ascendente de «La Mina» que sube por dicha cresta procedente de Muniáin. Nosotros giramos casi 180 grados para continuar la senda hacia la cima.

Ermita de San Ciprián. A nuestra derecha.
Al frente, bajo una gran roca, está excavada una semibóveda en arco de medio punto, con un altar y un Cristo sobre el mismo. Desde la ermita podemos disfrutar del paisaje de Aiegi y Estella a nuestros pies.
Si no queremos subir a la primera cima de Montejurra podemos continuar por la senda que se dirige hacia la izquierda del altar, superando un contrafuerte. Descendemos un poco y entre rocas ascendemos hacia la cima central.
Si queremos subir a esta roca tomaremos la traza de senda herbosa que gana la altura por la derecha. Por un estrecho paraje llegamos a la cruz.

Cima norte de Montejurra.
Una cruz de hierro se levanta en la cúspide. Debajo tenemos la ermita de San Ciprián.
Ahora volveremos unos metros por el filo de la cresta para encontrar un estrecho sendero, algo cerrado pero transitable, que desciende con rapidez entre las carrascas para encontrar la senda que marcha de San Ciprián hacia la cima central.
La seguimos a la derecha.

Girando a la derecha por un desvío alcanzamos la cima central de Montejurra. Rocosa, con buzón y un par de elementos más: una espada clavada en la roca y un pequeña placa prismática con el nombre y altitud del monte.
Después de volver al punto de desvío la senda gira hacia el otro lado de la cresta.
Descendemos unos metros hacia un collado intermedio. A los dos minutos la senda se bifurca. Cualquiera de las desviaciones puede ser válida. Parece más cómodo tomar por la derecha para ascender en zig-zag.
Un pequeño grupo de avellanos nos acompañan con una agradable sombra.

Cima Sur de Montejurra. Ocupada por un complejo de torres de Telefónica, alimentado por la línea eléctrica que mencionábamos al principio.
Un vértice geodésico corona el lugar. No vemos ningún buzón. Hasta aquí llega en fuerte pendiente, por el lado Sur, una pista cementada y acondicionada para vehículos, ruta ideal para BTT.
Al Oeste, alineados, divisamos el castillo de Monjardín y detrás la sierra de Codés, con las cimas de Ioar y La Plana. A la derecha Costalera y Peña Gallet, y más al Norte los roquedos de la sierra de Lokiz, con la de Urbasa más alejada a su derecha.
A nuestros pies, en calles cuadriculadas, la urbanización de chalets de Aiegi.
Hacia el sur se extiende la llanada ribera.
Vamos a volver por otro lado, iniciando el descenso por la pista cementada que hemos citado. La pendiente es muy fuerte y sinuosa al principio.

A los siete minutos de iniciar el descenso el cemento se convierte en tierra.
Nada más llegar al primer descanso de la pendiente tomaremos por un sendero abandonado, lleno de matas, que sale por la derecha y se interna en el pinar, en principio paralelo a la pista.
Hemos de tener en cuenta que el sendero que citamos para los atajos puede estar muy cerrado en sus inicios. En caso de no tenerlo claro habrá que seguir la pista hasta encontrar señales claras.

Tras un rato de llanear y, después, descender, volvemos a encontrar la pista que viene ahora en descenso hacia nuestra derecha.
En la primera curva tomamos una senda que nos permite salvar el siguiente zig-zag de la pista.
Podemos ir así avanzando, a criterio del caminante, y según su seguridad sobre la dirección del camino.
Una serie de cairns ayudan a orientarnos.
De lo contrario se puede seguir la pista sin pérdida.

Encontramos el depósito de aguas de Aiegi, a la izquierda del sendero.
Un centenar de metros más y llegamos a un cruce de cuatro caminos. El de la izquierda baja a la urbanización de Aiegi. Seguimos por el que sale frente a nosotros (Camino de «Los Presos»).
Doscientos metros más allá tomamos otra desviación a la derecha en otro cruce y comenzamos un ligero ascenso para superar un contrafuerte que baja de Montejurra.
Más adelante (10 minutos), otro desvío. Seguimos ascendiendo por la derecha. Y a los pocos metros tomamos la desviación de la izquierda en otro cruce con una baliza. El camino sigue ascendiendo con suavidad.

Alcanzamos una zona abierta, en llano, desde la que podemos divisar toda la zona de la urbanización de Aiegi, el monasterio de Irache, etc.

Otro mirador sobre la zona norte. Junto al camino, una roca tiene un agujero con forma rectangular, no mayor de 20x20 cm y de igual profundidad. Los naturales de Aiegi le llaman, con cierta sorna, «La Pila», pues cuando llueve se llena de agua.
Continuamos nuestro camino.
Tres minutos después un camino sube hacia la derecha. Asciende por una senda bastante aérea. Seguimos nuestra ruta por la izquierda y…

Enlace con el camino inicial, unos metros más arriba de la explanada del transformador. (Véase punto 2 en 0:07). Seguimos hacia abajo y completamos el camino en un total de 2:10 horas y 6,50 km.