Esta ruta está clasificada con un tipo de dificultad media.
Advertimos de esta circunstancia y del motivo: hay un tramo de aproximadamente un km que, sin mayor problema para la movilidad (no hay obstáculos complicados), presenta problemas de orientación por la ausencia de caminos en el interior de un bosque.
Para quien tiene costumbre de descargar el track del GPS y sabe utilizarlo, la cuestión será muy sencilla.
Para quien esté acostumbrado a manejar una
brújula, también.
Pero si le resulta complicado orientarse en situaciones donde las referencias del paisaje no pueden ayudarnos, es posible que el caminante se pierda. La ausencia de horizonte (bosque cerrado), de unas laderas de referencia (el terreno es ondulado o llano), y de puntos singulares que nos permitan situarnos, exige tener muy claro el itinerario que se está siguiendo.
En el conjunto del itinerario, no obstante, no es más de un quince por ciento de terreno sin caminos. El resto del recorrido bien merece la pena el riesgo, pues la ruta es bella y agradecida.
A caballo entre
Basaburua e
Imotz, este paraje donde los viejos caminos han sucumbido al empuje de la vegetación ofrece muy hermosos rincones.
Las localidades de
Oskotz y
Etxaleku (capital administrativa del valle de Imotz), también merecen una visita por sí mismas. Son pequeños pueblos escasamente conocidos por el habitante urbano, con hermosísimas muestras de la arquitectura de la zona húmeda.
Una pequeña parada en la acogedora posada de Etxaleku (donde nos atendieron cariñosamente en uno de esos días lluviosos que son habituales por la zona) también merece la pena.
Para llegar hasta aquí desde Pamplona hemos de tomar la autovía de San Sebastián y, después de atravesar el desfiladero de las Dos Hermanas, tomaremos la primera salida (Urritza, Latasa, Goldaratz). Nada más salir, desde Latasa, arranca la carretera que nos llevará hasta Oskotz. Si quisiéramos iniciar el recorrido en Etxaleku podemos desviarnos a la izquierda un km antes de llegar a Oskotz.
El itinerario, circular, se describe desde éste último pueblo por una pista que sube hasta las estribaciones orientales del monte
Oianbide. Aquí muere la pista en un camino herboso.
Seguimos por él, pasamos al lado norte del monte y atravesamos el
hayedo sin camino claro, en sentido oeste. Después encontramos el viejo camino que llega a la zona desde Etxaleku, y que nos permitirá bajar a esta localidad.
Finalmente, por la
Cañada Real de Las Provincias, volvemos hasta Oskotz completando el círculo.