Desde el collado de Urkiaga, salimos a nuestra derecha, dejando una gran piedra que indica este nombre.
Hay una gran caseta verde de cazadores y pronto comenzaremos a ver las marcas inequívocas de la GR 11 (rojas y blancas) que se irán alternando con otras de color naranja. Sin poder evitarlo nos iran acompañando durante bastante rato, bunkers y grandes pasadizos de hormigón que se construyeron en la primera mitad del siglo pasado y constituyen auténticas reliquias de nuestra historia.
Desde aquí seguiremos la pista, en fuerte ascenso, hasta el collado. Para desde allí ascender al monte Adi.

No obstante, después de unos falsos llanos llegaremos antes al collado de Bordazarreta, que es el anticipo de una nueva rampa, y de una mezcla de vegetación entre hayedos y coníferas, éstas en zonas muy rectangulares.
Si deseáramos pasar esta alambrada podríamos ascender las cumbres de Esnezelaieta (1114 m) y Gorostibizkar (1198 m), para llegar posteriormente al collado de Adi.

Nos aparece una pista que se incorpora por nuestra derecha, pero seguimos ascendiendo.

Después de un bosque de coníferas, donde la pista se va convirtiendo en camino, salimos a una zona despejada y frente a nosotros se nos ofrece una pista que asciende frontalmente y debemos de optar por seguir por la que se encamina a media ladera.

Llegamos al collado de Adi, ahora debemos de tomárnos las cosas con tranquilidad y comenzar la ascensión pausadamente. La valla nos guiará perfectamente en caso de niebla, pero en esta ascensión puede convertirse en una trampa si resbalamos, sobretodo en las zonas más empinadas.

Acabamos de superar la rampa más dura y seguimos ascendiendo.

Estamos casi arriba, acabamos de ascender la segunda rampa significativa y ahora iremos en pequeños ascensos hasta la cumbre.

Llegamos a la cumbre, en donde nos encontraremos el tradicional punto geodésico y los buzones que le custodian. Si hemos tenido suerte con el tiempo y tenemos buena visibilidad, podremos disfrutar de unas buenas vistas.
Comenzaremos el descenso de Adi, llevando como referencia de nuevo la alambrada a nuestra derecha.
Hay que tener cuidado si las piedras están mojadas ya que es una zona muy propicia a tontos resbalones.

Poco después de pasar una de esas reliquias que nos dejó la historia, nos encontramos con una pequeña balsa situada a pocos metros del paso del collado de Aratungo.

En el pinar que se abre a nuestra derecha encontramos un paso tintado con la marca de la GR11.
Lo cruzamos y entre pinar bastante cerrado, al principio, comenzamos un precioso descenso.

Llegamos al inicio de una regata que iremos dejando, por ahora, a nuestra derecha.

El camino baja hacia la regata y la cruza.

Continuando nuestro descenso entre regachos entramos en una zona de hayedos más pequeños.

El sendero sigue descendiendo y si nos giramos a nuestra derecha veremos una preciosa regata que va descendiendo entre pequeñas cascadas.
Gracias a Carmen que me hizo parar un momento y de esta manera admirar este bello rincón.

Tendremos que cruzar una regata y seguir por la otra ladera, es el lugar donde encontramos una señalización de Enclave Natural

Después de realizar un descenso por un precioso hayedo, llegamos a una zona baja que nos obligará a cruzar la regata. Si esta regata baja con bastante agua el paso se nos hará un tanto complicado. Pocos metros después nos encontraremos con un escorte uqe dejaremos cerrado.

Estamos ya en la parte baja del valle y se nos aparece una pequeña explanada con la presencia del sendero en su parte más baja. Seguimos por el sendero y poco después nos encontraremos con la regata, que cuanto antes la crucemos y bajemos por el margen izquierdo de la misma, será mejor para nuestros pies, ya que poco a poco la regata Odia va recibiendo aportaciones de agua.

Nos incorporamos a la pista que desciende desde el collado de Aztakarriko y que nos conducirá al Albergue de Sorogain.

Llegamos al albergue de Sorogain.