Seguimos con nuestras incursiones por sierra Andía. En esta ocasión realizamos una ascensión que ya se ha publicado en otras ocasiones
5216 de Javier por Iturgoyen ,
5052 del Consorcio de Tierra Estella por Inaroz ( PR NA 183 ) ,
5129 de Javier desde Goñi ,
5010 y
9008 de Javier desde Zumbeltz ) y realizado en muchísimas más, pero esta vez por un recorrido muy poco conocido y que para mi gusto es el más interesante ya que por un lado se realiza por sendas casi olvidadas ( que en estos tiempos es de agradecer ) con un recorrido paisajístico perfectamente estratificado con los árboles representativos de nuestra comunidad. Al comienzo atravesamos encinar ( con algunas encinas de porte magnífico ), vamos ganando altura y atravesamos el robledal ( con la presencia del inevitable boj ), para sin solución de continuidad pasear por la gratificante sombra del hayedo y por fin pasar a los rasos de altura con una infinita veriedad de hierbas y flores ,variadas en forma y color ( sobre todo en este momento ).
Otro motivo para recomendar este recorrido es que visitamos y atravesamos el barranco de Arbioz ( excavado por el rio
Ubagua ) que es una maravilla de la naturaleza y un embeleso para los sentidos. Comunica el pueblo de Lezaun con Riezu e Iturgoyen. Una descripción perfecta como es habitual en él la encontramos en la
5158 de Javier.
Otro motivo de interés estriba en la visita a las simas de la zona ( en nuestro caso 5 en total ) con el halo de misterio que las suele envolver y sus inseparables historias o leyendas. Visitamos la de Pamplona, Caballero, Carnero, Tres Bocas ( Bolas en otros sitios ) todas ellas cerca de la ermita y la de Marizulete cerca de Lezaun. En dos hay historieta : La del carnero es conocida por haberse encontrado los restos de un hombre de Iturgoyen que vivía en Puente la Reina y que un día desapareció siendo achacada su desaparición a unos familiares de su esposa. En la de Marizulete fue famosa en su momento la presencia de un perro, de nombre Cerraja, en su fondo que aguantó varios años alimentándose con los restos de animales que caían o se vertían en las simas. Los chicos nos entreteniamos en echar piedras en la boca de la sima para escuchar su sonido al bajar chocando con las paredes ( el efecto era como si fuera saltando por una escalinata o así nos lo parecía ). Indefectiblente el perro saludaba ladrando. Fue rescatado por los espeleólogos de Estella. ( en ambos casos si la memoria no me falla hablamos del año 1957 o así). La ubicación de las simas y sus historias se las tengo que agradecer a mi amigo de la infancia Aurelio. Esta ruta se la dedico a él pues gracias a sus indicaciones y saber andar por el monte la hemos podido realizar.
El reportaje gráfico se lo agradecemos a Iñaki.