La ascensión, desde
Labiano, a
Cemboráin en el
valle de Aranguren, es una bonita excursión para realizar en rato de ocio tanto de mañana en invierno como cualquier tarde del verano. Accediendo a su cima obtendremos bonitas panorámicas tanto del pirineo como de los valles de
Izagaondoa e
Ibargoiti, con
Peña Izaga y La
Higa de Monreal dominando ambos valles. Posteriormente descendiendo de nuevo a Labiano veremos toda la cuenca de Pamplona incluyendo una excelente vista del valle de Aranguren.
En la foto superior vemos la cima del Cemboráin desde Labiano.
Sabías que ... SANTA FELICIA Y SAN GUILLÉN: Entre brumas de historia y leyenda, sabemos que Felicia fue una princesa medieval de la corte de Aquitania, que un buen día se fue en peregrinación hasta la tumba del Apóstol Santiago en Galicia. Pero en el viaje de regreso, a su paso por la ruta jacobea navarra, se sintió llamada a la oración, decidiéndose quedar para siempre en Amokain, núcleo hoy despoblado, próximo a Aoiz. Pero cuando los que le acompañaban llegaron a Aquitania y refirieron lo sucedido, vino a buscarla a su retiro su hermano Guillermo. Se encontraron, Felicia se negó a seguirle, discutieron y el caballero la asesinó en un arrebato de ira. Pero enseguida se sintió dominado por unos terribles remordimientos, que le impulsaron a peregrinar también a él hasta Santiago de Compostela, en busca de absolución. La obtendría, pero le sería impuesta la penitencia de pasar el resto de su vida entregado a la oración, como ermitaño de alguna ermita. Y así lo hizo, eligiendo la de San Guillermo de Arnotegi, perteneciente a Obanos. Las reliquias de Santa Felicia se conservan en Labiano, dentro del templo de San Pablo. Según la leyenda, aunque murió en Amokain y allí fue enterrada, su sepultura floreció milagrosamente y un día su ataúd apareció en medio del campo. Se decidió entonces colocar los restos de la santa sobre una mula y sepultarlos en el lugar donde ésta se detuviese. El animal anduvo y anduvo, dete riéndose al fin, exhausto, en Labiano, en el lugar que hoy ocupa el santuario de Santa Felicia. Por su parte, las reliquias de San Guillermo se veneran en la ermita de Arnotegi.
(Navarra Encantada, Guía Singular)