El GR 225 recorre lo que pudo ser el itinerario más lógico para aquellos hombres excepcionales que, a pesar de tener todo en contra, lograron sobrevivir y llegaron a atravesar la línea fronteriza en un estremecedor episodio histórico: la fuga masiva del Fuerte de Ezkaba (22 de mayo de 1938) en plena Guerra Civil.
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la información general del GR haciendo clic aquí, en este artículo.
Este GR nos guía por los escenarios de aquellos senderos que reunían mejores condiciones para llegar a la frontera. No se podía optar únicamente por la distancia más corta. Los fugados sabían que toda la zona estaría fuertemente vigilada. Conocían sus propias fuerzas, mermadas por el hambre y las condiciones en las que habían sobrevivido hasta aquel momento en el penal, pero también eran conscientes de lo que les esperaba si eran descubiertos.
La mayor parte de los escapados eran de fuera de Navarra. Todos estos factores dieron lugar a una auténtica desbandada inicial. Por eso el recorrido que vamos a describir no fue el único y verdadero vial de escapada. Probablemente los huidos que tuvieron éxito no hicieron uso, sino circunstancialmente, de zonas abiertas y despejadas. Es probable que se desplazaran en medio de la noche…
Para hacerse una idea de lo que supusieron las primeras horas tengamos en cuenta que la ladera norte del monte Ezkaba ni siquiera estaba reforestada. Después, en el valle de Ezkabarte…
Ahí queda la cita de los asesinatos en el entorno cercano al caserío Nagiz, en las laderas de Ostiasko y las recientes exhumaciones, cerca del cementerio de Olabe.
Cerramos la primera etapa en esta última localidad para facilitar el acceso al GR por el senderista. Lugares habitados como estos, donde se cruzan carreteras de importancia, constituían puntos de difícil travesía para los fugados, por la vigilancia a la que eran sometidos. Recomendamos, al finalizar la etapa, una visita a la fosa donde se han encontrado los restos de 16 asesinados. Unas placas colocadas en el lugar recuerdan el suceso.