FUNES - Comenzamos el recorrido junto al puente de la localidad. Siguiendo la orilla derecha, por el paseo junto a las barandillas, llegamos a las últimas casas.

Al final del paseo, continuaremos por la pista junto a la orilla del Arga.

Nos encontraremos con varios cruces, iremos siempre por la opción más cercana a la orilla del río.

Poco a poco, vamos cogiendo altura y podemos ver los antiguos meandros (Madre Vieja).

Desde este punto, podemos ver la confluencia de los dos ríos, Arga y Aragón. Pocos kilómetros más abajo, después de pasar por la localidad de Milagro, las aguas de éstos se juntan con el Ebro.

Publicada en esta web, tenemos un paseo por esta zona al otro lado del río, en la confluencia de ambos, ``Del Arga al Aragón´´

Después de pasar por debajo de la imponente pared de Peñalén, la pista de la derecha, comienza a ascender hacia los cortados.

CAÑADA REAL - Llegamos a una meseta, a la izquierda, se encuentra el corral de Facerías. Por aquí transcurre el tramo final de la Cañada Real Milagro-Aezkoa, la seguimos a la derecha.

Continuamos siguiendo por la amplia pista que coincide con la Cañada Real, pero, a la derecha, tenemos una senda más cercana a los cortados, bordeando el Barranco del Rey por la que podemos ir, eso sí, con precaución, dada la verticalidad del corte sobre el barranco.

La pista o la senda, bordea el barranco. Después de una clara curva a la derecha, la abandonamos para continuar por un marcado sendero a la derecha.

"Más adelante, el sendero se bifurca, seguimos a la derecha. Sin perder altura, llegamos a un camino más amplio por el continuaremos a la derecha, hasta el mirador de Peñalén."

MIRADOR DE PEÑALÉN - Llegamos al mirador, nuestro principal objetivo de la ruta, por la belleza del lugar y sus vistas. Desde aquí, podemos apreciar la verticalidad producida por la erosión, dando lugar a grietas y pequeñas cuevas, lugares de cobijo de la fauna del lugar, aves como buitres, chovas piquirrojas, grajillas y cuervos entre otros, mamíferos como zorros, tajudos, conejos, fuinas y gatos monteses. Destacar la importancia histórica del lugar, pues en este acantilado murió despeñado Sancho Garcés IV, rey de Navarra, a manos de su hermano Ramón, quien lo empujó al vacío, en un bien amañado lance de una cacería, el 4 de junio del año 1076.

Un panel, explica la desgraciada historia de Sancho IV Garcés, el de Peñalén, despeñado y asesinado a traición en este lugar.

Desde el mirador, de frente tenemos la cresta, que por la izquierda, con cuidado y precaución, podemos recorrer mediante una estrecha senda delimitada con estacas de madera. Ésta nos permitirá llegar hasta el extremo oriental del cortado, donde tenemos además, una inmejorable panorámica de la fusión de ambos ríos.

Desde la magnífica atalaya en el vértice del cortado, y con un desnivel de casi 80 metros verticales, tenemos como hemos dicho, una vista magnífica de la unión de los ríos Arga y Aragón, que juntan sus aguas debajo de nosotros tras numerosos meandros.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta el primer mirador, y continuamos a la derecha por la senda bien marcada, y delimitada con estacas, siguiendo los cortados.

La senda va pegada a los cortados, pero sin peligro, ya que está delimitada por una valla de madera.

En este tramo, tendremos una espléndida panorámica, con suerte nos permitirá ver incluso los Pirineos, alzándose tras la sierra de Ujué. A nuestros pies, en el valle, se asienta Funes, Peralta, Marcilla y Villafranca.

Al fondo, hacia el nordeste, Marcilla, los pequeños reductos de aguas estancadas denominados «madres viejas», antiguos meandros de los ríos que quedan cerrados por los cambios del cauce, fruto de la erosión y sedimentación ,que hacen evolucionar su trayectoria. Estos sotos y madres viejas, resultan hoy una figura de protección medioambiental.
Sin dejar la senda de los cortados, llegamos al parking, desde éste, continuaremos a la derecha siguiendo la carretera.

Poco más adelante, nos desviaremos a la izquierda, para subir hasta la cima del Gurugú o los Olivos, y así, alargar y hacer más completa esta ruta.

Lo primero que nos encontramos en la cima, a la izquierda, es la Ermita de Ntra. Sra. de Portegado. La antigua Ermita, situada en el casco urbano de Funes, era una edificación de ladrillo, desaparecida en los años 40 del siglo XX. Después, fue construida de nueva planta aquí, y se inauguró a la vez que el Vía Crucis, el 18 de junio de 1961 a las cinco de la tarde. (para más señas).

A la derecha, en la cima del Gurugú o los Olivos, se encuentra el monumental Sagrado Corazón.

Desde el vértice geodésico, hacia el SO. Podemos distinguir Calahorra, Rincón de Soto y al fondo el Moncayo. A nuestros pies, se extiende llana y totalmente cultivada, una terraza del río Ebro.

Desde la cima, descenderemos hacia Funes, siguiendo el Vía Crucis.

``El Vía Crucis es una obra en hierro forjado, cada Cruz, se eleva a unos cuatro metros de altitud, y se hallan colocadas en una extensión de 1.677 metros desde la Iglesia Parroquial hasta el Momumento del Sagrado Corazón de Jesús, su ingenio se debe al gran escultor de Reus D. Nicolás Ortiz Serra.´´
Llegamos al cementerio, lo dejamos a la derecha, y continuamos a la izquierda siguiendo la carretera.

"En este cruce de la carretera, seguimos y descendemos a la derecha, hasta llegar a la localidad."

O bien sin dejar la carretera, o callejeando por el centro del pueblo, llegamos al punto de inicio, junto al puente sobre el Arga.