Ezkaba (San Cristóbal es el nombre más utilizado en la actualidad), genera un revoltijo de sentimientos en los habitantes de la Cuenca.
Hace años que se está reivindicando por diferentes iniciativas populares su conversión en parque público, conservando su estructura natural. Al mismo tiempo, la prensa va desgranando retazos de investigación sobre los sucesos que rodearon el triste protagonismo de su
fuerte-cárcel en la Guerra Civil, sobre el enterramiento anónimo de los fusilados.
No hace mucho un modesto monumento levantado a los fugados de aquellos sucesos fue vandálicamente destrozado por violentos nostálgicos del pasado…
Pero ahí está. El monte de Pamplona por antonomasia, reivindicado anualmente por una marcha que organiza la
Sociedad Anaitasuna, sigue viendo el paso de los años con su fuerte cerrado, con sus caminos escasamente respetados (cuando hicimos esta ascensión hubo que volver apartando ramas de una explotación forestal que ocupó sin ningún cuidado los caminos), con el punto de mira de algunos especuladores que seguramente han puesto ya sus ojos en sus laderas (no hace mucho que se intentó levantar un colegio privado en uno de los cascos antiguos aledaños).
¿Lo veremos algún día rehabilitado simplemente como esparcimiento de los vecinos de la Cuenca?
Aquí aprovechamos para colocar otra ascensión diferente (hay unas cuantas ya publicadas). En este caso desde
Berriozar. Como se explica, si resulta excesivamente directa para los ánimos del excursionista, se puede combinar con alguna variante más suave. Desde el casco antiguo de Berriozar se aprovecha el camino «del Monte» para iniciar la ascensión, se toma después otro camino transversal durante un pequeño trecho, y enseguida se aprovecha una senda-trocha que marcha directamente hasta el fuerte, alcanzándolo en 50 minutos. La ruta se plantea como de ida y vuelta, pero como siempre, puede combinarse con alguna otra para hacer un itinerario circular.
Nota: La imagen de portada es una flor de trapo que se permitió mantenerse entre las grietas tras el ataque vandálico al monumento a los fusilados de la fuga del
Fuerte. Me la encontré disfrutando el atardecer. Sirva como el más modesto de los homenajes a la memoria de las víctimas.