Esta torre, ya mencionada en 1488, responde a modelos constructivos de los siglos XIV y XV en los que se combina la piedra -en este caso de sillar- con una estructura superior de madera, denominada cadalso, que el palacio todavía conserva en una aceptable situación. La torre describe una planta cuadrada y a lo largo de su fuste se abren una puerta de medio punto descentrada, dos saeteras originales y varias ventanas rectas que corresponden a una reforma reciente. Una imposta moldurada a media altura sirve de apoyo a las ménsulas que sostienen el cadalso. El acceso al piso principal tiene lugar a través de una escalera exterior posiblemente añadida en el siglo XVI. Esta construcción se pone en conexión con otras torres desaparecidas de Santesteban, Bértiz y del caserío de Orozco, y otras conservadas como la de Arráioz. Entre las noticias históricas se sabe que el palacio perteneció en 1745 a Joaquín Francisco de Ursúa.
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