Apenas quedan restos del Castillo que fue emblema y bastión de la resistencia de los navarros frente a la incorporación por la fuerza de Navarra a la corona de Castilla en el año 1522. Un puñado de valientes a las órdenes del alcalde Jaime Vélaz de Medrano defendieron su independencia frente a la artillería y las tropas castellanas y del conde de Lerín. Un moderno obelisco, situado en una pequeña elevación a las afueras del pueblo, conmemora a los hombres y mujeres que en 1552 lucharon por la independencia de Navarra.
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