No es la primera ruta publicada en esta página por la zona de Aibar
(ver ruta anterior). Pero, a diferencia de otras veces, en esta ocasión vamos a realizar un recorrido un poco más complicado, tanto por la dificultad técnica como por lo intrincado del recorrido.
Se trata de una ruta en las que las bajadas serán por sendas, no muy complicadas, pero no aptas para quien no esté acostumbrado a este tipo de terreno. Aprovecharemos tanto sendas del camino de Santiago, como otras que vecinos de Aibar y Lumbier se están encargando de limpiar y recuperar. Si siempre tenemos que tener en cuenta el respeto, tanto por el monte como por las personas que nos podemos encontrar en él, en este tipo de recorrido deberemos de tener esto más en cuenta todavía, se trata de sendas, no pistas, en las que el respeto es primordial.
Partiendo de la localidad de Aibar, pistearemos hasta encontrarnos con el camino de Santiago que sube desde Rocaforte. Subiremos a los molinos de la Sierra de Izko, desde aquí, comenzaremos un continuo subir (por pista) y bajar (por sendas). A lo largo del recorrido, en los barrancos, podremos visitar un par de pozos (Pozo las Hiedras y Pozo del Toro) que si están con agua no debemos de dejar de hacer una parada y visitarlos.
Comenzaremos la ruta en Aibar (Oibar) villa de la Comunidad Foral de Navarra, situado en la merindad de Sangüesa a 44,2 km de la capital de la comunidad, Pamplona.
Para llegar desde Pamplona, salimos por la AP-15 dirección Imarcoain hasta la salida 82 hacia Noain/Sangüesa/Huesca que enlaza con la A-21. Continuar por la autovía hasta tomar la salida "Aibar/Lumbier/Cáseda" y seguir hasta la Venta de Judas donde se coge el desvío a la derecha por la NA-534 que conduce a Aibar.
Si tenemos tiempo, no deberíamos de dejar de darnos una vuelta por el entramado del pueblo, merece la pena, tanto por su historia como por su encanto medieval.
Para muestra, este corta y pega…
``Aibar, el pueblo de los duendes como se apoda tradicionalmente a sus habitantes; un mote popular que les asigna extrañas atribuciones y cuya procedencia se pierde en el tiempo. La situación fronteriza de este bello pueblo medieval con el Reyno de Aragón determinó su construcción en forma de atalaya y su función como bastión defensivo. En honor a ese pasado medieval se celebra en otoño un mercado medieval.
La estructura urbana de Aibar conserva el antiguo trazado medieval. Calles estrechas y empedradas a las que asoman casas señoriales, arcos y edificios de distintas épocas. Entre los más antiguos destaca el portal de la Hueca y la casa Iziz. Se cree que ambos formaron parte de la antigua muralla. El laberinto de rúas asciende hasta la iglesia románica de San Pedro, que dominante sobre el cerro conserva en su interior el Cristo del Amparo, una escultura gótica de dos metros de altura. ´´