Km. 3 (desde el desvío) de la carretera N-121 de Pamplona a San Sebastián por el puerto de Belate (actualmente en desuso tras la construcción de los túneles; hay que desviarse tras superar las ventas de Arraiz y ascender por la antigua carretera). Aparcamiento amplio a la derecha del asfalto junto a alambrada con paso canadiense que da entrada a un grupo de hayas a través de las cuales se inicia un ancho camino.
Salimos en pocos metros a terreno despejado y vamos describiendo una curva a la izquierda, contorneando una ladera sobre un barranco. Helechal con algunos brezos y marcas de la GR-12 (rojas y blancas).
Cinco minutos después vuelve el camino a entrar en hayedo y asciende un poco, para salir de nuevo a terreno despejado y llano.

Cruce con la calzada romana. Ascendemos por la izquierda, haciendo eses hacia un collado (Ermitako Lepoa) al que también es posible acceder desde Venta Quemada por el lado contrario. Bajo nosotros queda el Monasterio u Hospital de Belate, al que llegaríamos de haber seguido por la derecha.

Alcanzamos las cercanías del collado, con una alambrada, y tras superarla, vemos llegar de frente la calzada con una serie de grandes mojones de piedra que marcan su trazado (imagen anterior).
Pero nada más superar la alambrada tomamos a la derecha olvidando la calzada, por camino-pista que bordea el barranco y pronto nos sumergimos en el bosque.
Llevamos a nuestra izquierda las laderas de Azkenatz; a la derecha el barranco de Aretxuri que baja del collado entre Gartzaga y Okolin.
El camino, bastante ancho, va remontando, en principio con suavidad, esta regata durante un buen rato.

Cruce con un camino que parece cruzar el torrente hacia el otro lado. Nosotros tomamos, sin embargo, de frente (izquierda), remontando pronto por la ladera. El camino se va haciendo más estrecho y empinado entre las hayas.
En algún momento incluso tenemos que andar con cuidado, pues el suelo se ha convertido en una senda de cabras llena de piedras sueltas y raices inestables.
La senda va ascendiendo cada vez con mayor pendiente y pasa, todavía dentro del bosque, a la izquierda de una borda rodeada de un corral-alambrada.

Justo después de superar la borda el bosque finaliza y salimos a los rasos superiores para ascender hacia otra caseta, de construcción reciente, asentada bajo un aska y una fuente.
Sobre nosotros tenemos la cabecera del barranco. A la izquierda tenemos Azkenatz; por encima Gartzaga, con su cima llena de rocas sueltas, y a la derecha Okolin.
Optamos por ascender, por lo más fácil, la fuerte pendiente que nos separa del collado entre Gartzaga y Okolin (véase la imagen siguiente).

Collado entre Gartzaga y Okolin. Se situa en la cabecera del barranco que tiene, a un lado, las cimas de Okolin, Algorrieta y Loiketa, y al otro (Norte), Gartzaga y Azkenatz.
Ascendemos hacia la derecha, ahora con pendiente más suave, por los rasos. Si no deseamos pasar por la cima de Okolin, podemos buscar, relativamente cerca de la cima,a la altura de las últimas hayas que trepan por la ladera norte, las sendas que cruzan, por la izquierda, hacia el collado con el Saioa.
No obstante, la ascensión a Okolin no es tan complicada y merece la pena pasar por ella, al menos a la ida. Para ello seguiremos por lo más alto. La loma tuerce poco a poco hacia la izquierda y toma dirección este…

Cima de Okolin. Puntiaguda pero herbosa. Despejada.
Buzón en forma de caserío pintado de blanco y rojo. Placa: «C.D. Anaitasuna - Iruña-Pamplona 11-06-72 - Okolin 1362 m».
Hacia el este, tras el Saioa que tenemos en primer plano, vemos el cresterío pirenáico, divisamos también Ortzanzurieta, etc.
Descendemos ahora por la vertiente opuesta a la que hemos ascendido, para bajar hacia el collado con Saioa.

Collado entre Okolin y Saioa.
La GR-12, que hemos seguido hasta aquí, se desvía algo más arriba por la ladera sur para alcanzar el collado con Xuriain. Está perfectamente señalada por las marcas y las estacas.
Pero cuando toma esta ladera no la seguimos, sino que continuamos por lo más alto del lomo, para conquistar la cima.
La ascensión resulta desde aquí larga y dura. Mejor tomárselo con calma. Ascendemos por terreno herboso, por lo más alto, haciendo algún zig-zag si la pendiente se nos atraganta.

Cima de Saioa.
La vista es extraordinaria en días buenos (son frecuentes las nieblas, que provocan la pérdida frecuente de algunos montañeros).
Está coronada por vértice geodésico y con un buzón completamente deteriorado y oxidado. Antiguamente soportaba un termómetro del que quedan vestigios. Hace poco tiempo se ha colocado un segundo buzón más moderno, respetando el antiguo.
Si sopla el viento resulta desagradable permanecer mucho rato en la cima.

En la imagen los dos buzones, el antiguo y el más moderno, colocado unos metros hacia el norte por el club Albatros en 2007.