Peñalén es un paraje navarro que reúne en su conjunto referencias geológicas, naturalísticas, y sobre todo, históricas. El despeñadero, cuando llegamos a sus bordes, nos recibe con un panel que describe la historia de
Sancho IV Garcés (el de «Peñalén»), traicionado y asesinado por su hermano Ramón, quien lo empujó al vacío en un bien amañado lance de una cacería, el 4 de junio del año 1076.
El reino de Pamplona pasó a ser gobernado de esta manera por otro Sancho (Sancho Ramírez de Aragón), y la Rioja fue invadida y anexionada por Alfonso VI de León.
El paseo que narramos aquí ha sido ya publicado como
paseo naturalístico anteriormente. Hemos tratado ahora de incidir en el desglose del itinerario, los cruces y las características del terreno, para complementar el anterior, y de paso añadirle imágenes más detalladas y las coordenas y el track para el GPS.
A diferencia del anterior, el paseo lo iniciamos y terminamos en el pueblo de Funes, por lo que resulta algo más largo, pero quizás más cómodo en su planificación.
En la primera parte recorremos las zonas elevadas sobre los sotos de los ríos Arga y Aragón. Divisamos estas zonas desde la atalaya que supone la plataforma geológica, de mayor altitud, cortada sobre las llanuras originadas por la deriva fluvial. Contemplamos el dibujo de los sotos y de los tramos denominados «madres viejas», restos de antiguos meandros que los fenómenos de erosión y sedimentación han dejado aislados. La presencia de líneas de vegetación de ribera son el testigo, visible a distancia, de estos lugares.
Tenemos, además, una inmejorable panorámica de la fusión de ambos ríos.
Cuando descendemos a la altura de las orillas, para regresar hacia
Funes, podemos visitar las riberas, pero además descubrimos un espectacular muestrario de los efectos erosivos que se producen en estos terrenos blandos, mezcla de capas sedimentarias de yesos y arcillas superpuestas.
Junto a la boca del Barranco del Rey pasamos, por añadidura, al pie de la pared espectacular de Peñalén, escenario del magnicidio ya citado, y cuya cresta superior hemos pisado anteriormente con mucha precaución.
En definitiva, un itinerario muy completo, recomendable para todo tipo de paseantes. El único punto conflictivo será la decisión de recorrer o no la arista de Peñalén, que puede suponer un serio peligro para quienes no estén acostumbrados a este tipo de lugares.