Se inicia el camino en Noain, capital del valle de Elorz, a 6 km al sur de Pamplona.
Si atravesamos la localidad por la antigua carretera general llegaremos, en el centro, a una rotonda que, viniendo de Pamplona, tiene a la derecha la parroquia, y a la izquierda el bar «El Descanso». De este punto arranca a la derecha la carretera a Salinas (NA-6033).
Desciende en línea recta, junto al campo de fútbol del C.D. Bidezarra, hasta el paso a nivel del ferrocarril. Justo antes de alcanzarlo sale a la derecha un vial que marcha hacia los grandes silos de una empresa de harinas. En el mismo cruce podemos ver el esqueleto de un panel que hasta hace unos años tenía un mapa explicativo de la etapa, además de algunos datos sobre la GR-9. Aquí mismo se inician las señales rojiblancas que nos van a guiar en todo el recorrido.
El lugar (como se puede apreciar en la imagen) ha caído en franca desgracia desde la última vez que hicimos este recorrido.
Al otro lado ha desaparecido la hilera de olivos que daba un toque vegetal a la vía del tren y ha sido sustituido por un aparcamiento para camiones.
La colocación de uno del primero de los mojones que veremos jalonar el camino no llega más allá de manifestar la voluntad de mantener la cañada. Pero…

Así era el lugar en el año 2003

Alcanzamos la puerta de la industria harinera a la que pertenecen los silos. A la derecha dejamos una instalación oficial de la Jefatura de Tráfico y, poco más adelante, topamos con la alambrada del aeropuerto, que se inicia en este punto. El asfalto se pierde más allá de la alambrada, tras una puerta cerrada, y nuestro camino se vuelve herboso y contornea esta alambrada por la izquierda.
A partir de aquí, sin grandes obstáculos en primer plano, vemos al fondo los edificios de Pamplona y cerrando el horizonte la cadena de montañas que rodean la cuenca por el oeste y el norte: Sarbil, Andía, Txurregi, Gaztelu…
Nuestro camino marcha entre campos de labor a la izquierda y la alambrada del aeropuerto, a veces algo elevada a nuestra derecha.
Pronto el camino desaparece porque el tractor se ha comido el camino. A partir de aquí nos vemos obligados a seguir pisando el sembrado. El suelo (si no está embarrado) puede resultar practicable. Pero resulta difícil de entender que, tras el deslinde oficial de esta cañada real por parte del Gobierno de Navarra, el estado de su tránsito esté en tales condiciones. Tras larga travesía la valla trepa a la derecha, pero nosotros podemos seguir rectos.

La alambrada del aeropuerto hace un ángulo recto y presenta otra puerta de la que sale un carretil ligeramente descendente hacia el cercano pueblo de Esquíroz.
Cuando nos acercamos hacia el pueblo se destaca el perfil de la ermita de Santa Elena a la derecha.

Ermita de Santa Elena y cementerio de Esquíroz.
Antes la cañada pasaba rodeando el lugar, pero ahora la senda ha desaparecido y nos vemos obligados a retroceder para salir a la carretera.

Hemos de cruzar la carretera para tomar, junto al desvío hacia el pueblo, un carretil estrecho asfaltado que por la parte izquierda marcha entre vía y carretera (algo por debajo de ésta última).
Caminamos ahora por el mismo en dirección a Pamplona.
Resulta curiosa la confluencia, de izquierda a derecha, del río Elorz, el ferrocarril, nuestro camino, la carretera y la alambrada del aeropuerto, todos paralelos y muy juntos.

Hemos de subir unos metros para cruzar bajo la variante Oeste de la ciudad.
Cinco minutos después, superada una vaguada, el camino sale al arcén de la carretera.
Cuidado. Hay un mojón de hormigón que marca la cañada. Pero tengamos en cuenta que los mojones no son marcas para su seguimiento. Si nos confundimos tomaríamos equivocadamente un camino perpendicular a la izquierda, pues en su arranque se levanta este mojón. ¡Ojo! No es por ahí. Hay que continuar por el arcén.

Nos encontramos con la cercanía de los límites de Pamplona.
Había una senda que salía a la altura de una línea de alta tensión y terminaba en la puerta de la valla del polideportivo de la universidad del Opus. Sólo quedan restos.
Ahí estuvo siempre la cañada. Incluso las marcas siguen en la puerta. Pero esta verja sigue con su candado que impide el paso y nos obliga a volver al arcén, por lo que no merece la pena el desvío, a no ser que queramos saltar por encima.
Nos vemos obligados a seguir el arcén y descender hasta el puente sobre el río Sadar.

Un cartel nos anuncia la entrada en el término de Pamplona.
Encontramos en la verja una segunda puerta por la que, en teoría, la cañada sale del polideportivo. Y ésta también está cerrada.
Pero el Gobierno de Navarra ha transigido y ha colocado un mojón en pleno descenso por el arcén.
Seguimos cuesta abajo hacia la carretera que une la venta de Andrés con la carretera de Zaragoza.

Tras superar el puente sobre el río Sadar tomamos a la izquierda, sin cruzar la carretera.
El camino marcha bajo grandes plátanos, con el río a su izquierda, protegidos por valla metálica.
Se va ampliando.
Aquí encontramos el primer en condiciones que da explicaciones sobre la Cañada de Las Provincias.
Superados los edificios de las facultades…

Desde la derecha, cruzando la carretera, se une a nosotros el Camino de Santiago o GR-65, que nos va a acompañar unos cien metros y se desviará cruzando el río para seguir a Cizur Menor por el puente de Acella (imagen).
En el mismo tenemos un conjunto de flechas que nos indican las diferentes direcciones, además de un panel explicativo del Camino de Santiago.
Nosotros mantenemos la dirección que llevábamos hasta llegar casi al final de la carretera.

Unos 50 metros antes de la rotonda cruzamos la carretera, por paso de cebra, según vemos las indicaciones rojiblancas, y nos acercamos a la que baja del centro de la ciudad hacia Etxabakoitz. La cruzamos, con precaución, y pasamos entre la Venta de Andrés y el muro del Hospital, para ascender hacia Barañain.
Tomamos el lado izquierdo de la calle Concepción Benítez y superamos la fuerte rampa. Después el camino se vuelve llano. Nos acercamos al límite entre Barañain y Pamplona.

Rotonda. Límite entre Barañain y Pamplona.
Pasamos al otro lado y seguimos en la misma dirección, ahora por la acera de la derecha, por la calle Miluce.
Cuatro minutos después llegamos a otra rotonda, en este caso muy amplia. Pasamos junto a la ikastola «Francisco de Jaso» y las obras del Conservatorio Superior de Música.
Al otro lado, a la izquierda, hay una gasolinera y junto a la acera está la «Fuente de Barañain». Siguiendo por la derecha, de frente, comenzamos a descender en dirección al polígono de Landaben, por una vía amplia de doble carril.

Nos desviamos por carretera estrecha hacia el puente de Miluce.
Descendemos con ribazo a nuestra derecha cubierto de pinos. A la izquierda algunos robles y una acequia. Más allá está la orilla del Arga y el Parque Fluvial, por el cual también es posible llegar a nuestro próximo puente (el de Miluce) .Tres minutos después dejamos de descender al tiempo que el paisaje se abre. Al fondo vemos la tapia de Berichitos (el cementerio de Pamplona), y a la izquierda comienzan a sucederse gran cantidad de huertas (agrupación «Molino Nuevo»). Detrás se adivina el río Arga y, al otro lado, el polígono industrial de Landaben.
Pasamos pocos minutos después por la puerta de los viveros de Miluce (instalación del Gobierno de Navarra).

Junto al puente de Miluce hay un panel del «Sendero Urbano de Pamplona». Hasta aquí llega un vial estrecho desde el cementerio, por la orilla izquierda del río Arga.
De la historia del puente de Miluce y su relación con el rey Carlos II contamos algo en la ruta del Parque Fluvial que pasa bajo el mismo. Aquí superamos el lugar por el puente y salimos a la carretera que une Landaben con San Jorge.
Ahora nos encontramos otro de los obstáculos de esta ruta.
RENFE ha puesto alambradas a ambos lados de la vía para evitar accidentes y no ha previsto ningún paso para la cañada.
Por eso nos vemos obligados a desviarnos a la derecha, al salir frente a la vía, y desviarnos un buen trozo por la carretera que une el barrio de San Jorge y Landaben.
Hemos de llegar hasta un semáforo y…

Desvío de San Jorge hacia Orcoien.
La carretera pasa bajo el ferrocarril. Por el arcén nos dirigimos hacia la rotonda donde cruza la variante Norte.
Pasaremos por delante de las instalaciones del matadero.

Rotonda del cruce con la variante Norte.
Aquí hay otro punto en donde conviene cambiar algo nuestro itinerario, forzados por las obras del polígono industrial cercano.
Las señales nos invitan a entrar por el antiguo carretil que accedía directamente al Poblado de Santa Lucía, a través del cual comunicábamos con el Polígono de «Los Agustinos». Ahí siguen tales señales, pero si las seguimos nos encontraremos con la desagradable sorpresa de que, a los pocos metros, la carretera ha sido cortada y sobre ella se encuentran las instalaciones de una nueva empresa, lo que nos obligaría a rodearla por un campo de cultivo.
Por eso, haciendo caso omiso de las señales, tomaremos la dirección de ascenso hacia Orcoyen y, al llegar a la primera desviación a la derecha, en otra rotonda que da paso a otro vial cogeremos el acceso directo al Polígono industrial de «Los Agustinos».
Volveremos a encontrar nuestras señales, si vamos por la acera derecha, cuando pasemos junto a la actual entrada del Poblado.
Seguimos por esta acera derecha, en línea recta, durante un buen rato.

A la altura de una amplísima rotonda, con una cortina de árboles a la derecha y la empresa «Valvulería del Norte» enfrente, tomamos la acera izquierda, pasamos al otro lado, y giramos por la calle que sale a la izquierda.
En tres minutos encontramos otra rotonda y, entre «Ochoa Lacar» y «Los Acebos», tomamos a la derecha por la calle B.
A partir de aquí seguiremos esta calle, rectos, hasta abandonar el polígono. Al final de la misma hay un hotel y varias empresas de transporte.

A la altura de una amplísima rotonda, con una cortina de árboles a la derecha y la empresa «Valvulería del Norte» enfrente, tomamos la acera izquierda, pasamos al otro lado, y giramos por la calle que sale a la izquierda.
En tres minutos encontramos otra rotonda y, entre «Ochoa Lacar» y «Los Acebos», tomamos a la derecha por la calle B.
A partir de aquí seguiremos esta calle, rectos, hasta abandonar el polígono. Al final de la misma hay un hotel y varias empresas de transporte.

La calle finaliza frente a la línea del ferrocarril.
Hemos de volver a cruzarlo. Las señales de la GR-9 indican el lugar.
Pero para superar la vía encontramos otra vez la verja colocada por RENFE. Un doble agujero (a ambos lados) circunstancial en la misma nos «permite» atravesarla y cruzar los raíles (triste estado para una vía pecuaria con vocación de sendero turístico). Las señales de la cañada nos invitan, al otro lado, a seguir a la izquierda, por una pista paralela al tren.
Dejamos unas huertas a la derecha. Ante nosotros se abre por fin el paisaje rural.

Pasamos por debajo de la autopista, bajo el mismo puente por el que pasa el ferrocarril.
Después tomamos, inmediatamente, a la derecha, cambiando nuestra dirección y, cuatro minutos después alcanzamos la alambrada izquierda de la autopista.
Junto a ella vamos a seguir durante un buen rato. Podemos disfrutar, a pesar del ruido del tráfico, de la vista de los montes que nos cierran el horizonte: Sarbil, Mortxe, Andía, Treku, Leciza, San Donato, Txurregi, Gaztelu, Trinidad de Irurtzun...

Ya estamos junto a la autopista.
De la izquierda llega otra pista. Seguiremos un buen rato pegados a la verja de la vía asfaltada.
Pasamos tres minutos después junto a la boca de un túnel bajo la autopista.
Seguimos de frente, sin tenerlo en cuenta.

Panel de Gobierno de Navarra y Audenasa que indica el carácter agrícola, peatonal, ciclista e hípico del camino por el que transitamos.
Queda a la altura de la salida de la autopista hacia Berriozar.
Superamos después un altozano con una antena de comunicaciones y un cruce de pistas con baliza (imagen) e ignoramos después un paso sobre la autopista con zona de descanso a su lado. Iniciamos descenso.
Al fondo tenemos el desguace de vehículos de Loza.

Bajamos hasta el carretil que se acerca al desguace de Loza pasando bajo la autopista. Entre la valla de la instalación y la otra valla ascendemos de nuevo.
Cuando alcanzamos lo más alto vemos ya el final de nuestra etapa, Añézcar, al otro lado de la autopista.

Al encontrar el siguiente paso sobre la autopista nos desviamos para ascender al mismo y cruzar al otro lado.
Una vez superado volvemos a descender para girar a la izquierda y continuar una vez más junto a la alambrada de la carretera, aguantando las ganas de tomar los caminos que se adentran entre los campos.
Cabe también la posibilidad de tomar la línea recta a las proximidades de Añézcar por pista que se acerca al polígono industrial y después se acerca al pueblo. Pero este no es el recorrido de la cañada.

El camino se aparta definitivamente de la autopista y enfila hacia Añezcar.
Al fondo, en un altozano, queda Larragueta. Poco a poco nos vamos olvidando del ruido de la autopista que se va tornando más lejano y apagado.
Siete minutos después superamos el río y ascendemos hacia el pueblo. En dos minutos dejamos atrás un cruce del carretil que va a Larragueta y nos aproximamos al cercano Añezcar.

A la entrada queda bajo nosotros la instalación de la hípica.
Entramos en el pueblo por su parte más baja. Hemos llegado a Añezcar.
Fin de etapa. A pocos metros pasa la N-240 Pamplona-San Sebastian.