Puerto de Egozkue. Con Iragi a nuestras espaldas, tomamos un camino hacia el norte que sube junto a una alambrada, visitando varias palomeras entre el bosque. La pendiente, al principio, es fuerte. Un desvío al poco de empezar toma a la derecha. Lo desechamos para seguir el ascenso a la par de la alambrada.
No tengamos en cuenta las escalerillas. Mantendremos la barrera siempre a la izquierda.

Hayas, brezo, patxaran, enebros, algún majuelo. Después empiezan a aparecer pinos y algunos robles. Vamos divisando entre el ramaje el embalse de Eugi, con el pueblo a sus orillas, en una preciosa postal.
Cuando el hayedo empieza a ser sustituído (en parte) por pinos, si el tiempo nos regala un buen día, podremos detenernos en un punto donde el paisaje se abre, y veremos también al fondo el Pirineo de Belagua y de Zuriza y algunos otros picos.
A la izquierda tenemos relativamente cercana la cima de Adi.
Cuando empezamos a ver robles (y pinos), estamos a punto de llegar a la cresta.

Alcanzamos la loma entre Tanporene Kaskoa y Azimendiko Zokoa.
Podemos visitar, sin mayor esfuerzo, esta última, girando 180º y siguiendo un sendero cercano a la cresta.
Al principio, incluso, descenderemos un poco, entre hayas, por terreno sencillo.
Cruzamos la alambrada por un pequeño portillo. Unas piedras en el suelo o algunas cintas plásticas nos avisan de este punto si volvemos por aquí, pues si vamos despistados en el regreso seguiríamos la senda que alcanza la cota de Azimendiko Zokoa (también llamada Berdegi) entre más palomeras, sin percatarnos de la desviación de descenso.
Ahora el camino es más bien llano. Recorre la loma, incluso con algún ligero descenso. A la derecha los árboles nos van dejando ver cada vez mejor el paisaje de Eugi, con Iragi debajo de nosotros.
Seguimos por sendas junto a la alambrada hasta alcanzar la imperceptible cota de Pandarreta.
El bosque es un hayedo entremezclado con pinos, salpicado de algunos espinos blancos y enebros.
La propia conformación de la vegetación nos aconsejará si hemos de circular por uno u otro lado de la alambrada.

Cota de Azimendiko Zokoa o Berdegi.
Desde aquí se divisa, más al sur, la cima de Baratxueta, al otro lado del puerto de Egozkue (que tenemos debajo perfectamente visible).
La cota está ocupada por un puesto de caza de paloma (en muy malas condiciones el día que hemos visitado el lugar).
Volvemos ahora sobre nuestros pasos.
Más allá de donde hemos alcanzado la cresta (0:25 - 1,38 km) mantenemos la dirección y seguimos la cresta, siempre cerca de la alambrada.
El camino es más bien llano. Recorre la loma, incluso con algún ligero descenso.
0:26 - Enlazamos con una pista que parece haber sido abierta para la extracción de madera. Es irregular y marcha entre las hayas. Hace unos años no existía. La seguimos hasta que se pone a descender.
Seguimos a la derecha, sin dejar la cresta, por sendas junto a la alambrada hasta que el sendero nos invita a cruzar al otro lado. A partir de ese punto el avance es muy cómodo, sin dejar la compañía de las estacas.
El bosque es un hayedo entremezclado con pinos, salpicado de algunos espinos blancos y enebros.
La propia conformación de la vegetación nos aconsejará si hemos de circular por uno u otro lado de la alambrada.

La alambrada gira a la izquierda, a la par que el barranco que se introduce en el mismo sentido.
Estamos en la cota de Tanporene Kaskoa.
En el ángulo hay un pequeño mojón y una estaca.
Descendemos ahora, girando también, entre las hayas. La pendiente es intensa.

Llegamos a la parte más baja de la alambrada.
El paraje de Usator se asemeja a un collado.
La alambrada se orienta de nuevo hacia el Norte. La zona parece un collado. Están rotos los alambres y conviene pasar al otro lado y seguir por su izquierda.
Aquí llega, parece ser, la pista que antes hemos abandonado.
La senda sigue dirección norte, sin perder de vista los postes, a veces encajonándose, a veces desviándose de la alambrada, que se remonta para volver a bajar. El ascenso es, en cualquier caso, muy suave.

Al pie de la loma que asciende hacia Urdanaz la pista gira a la izquierda para descender más intensamente.
Aquí tomamos paso en la alambrada a la derecha para acercarnos al pie del lomo que sube hacia Urdanaz.
Nos metemos entre las hayas siguiendo otra alambrada que confluye con la que acompañábamos.
La senda pasa al otro lado. A la izquierda, entre los árboles, hay una balsa al pie de la pendiente. Sobre ella finaliza el bosque y se extiende el helechal.
Si no queremos subir Urdanaz podemos tomar a la derecha la senda que rodea la elevación con comodidad, sin salir prácticamente del bosque, salvo en algún momento que se asoma a su parte alta.
Ésta va ascendiendo con mucha suavidad, a veces encajonada entre dos terraplenes, a veces paseando entre las hayas y con el barranco que sube de Iragi a nuestra derecha. Así llegaríamos al collado de Karatongo en 1,5 kms (aprox. 30 minutos) desde aquí.
Como alternativa, en los siguientes pasos se describe la ascensión a Urdanaz para quien desee visitar también esta cima. Quien no quiera realizar esta ascensión y opte por el camino de la derecha puede saltar hasta el punto donde ambos itinerarios se vuelven a fusionar.

"ASCENSIÓN DE URDANAZ"

Tomamos por la izquierda para salir de inmediato del hayedo y remontar por la ladera llena de brezos, helechos y algunas argomas de escasa talla. No hay senda definida con claridad. Nos servirá de guía seguir la zona más alta de la loma.
En principio puede resultar algo incómodo el camino, pues no se ven sendas claras. No obstante el manto vegetal es de corta altura y no hay excesiva dificultad. Pronto, sin embargo, llegando al primer contrafuerte, se va definiendo una senda que permitirá caminar con más comodidad.
Al llegar junto a un grupo de rocas que asoman entre la hierba comenzamos a aproximarnos a algunas hayas.
Conforme ascendemos el paisaje se abre por completo. Tenemos Burdindogi al fondo y Goitean a la derecha. Más al fondo se destaca Xuriain.

Nos introducimos un poco a la izquierda, entre las hayas, cuando la loma sigue por ellas.
El bosque es claro y vemos, culminándolo, un promontorio rocoso que es relativamente sencillo de ascender.

Cima de Urdanaz.
Amontonamiento de rocas entre el hayedo. Un buzón en forma de cilindro coronado por capuchón, pintado de rojo, se alza entre las piedras:
"Urdanaz - 1118 m. - Febrero 1988 - TX. Nankin G. M.".
Cima rodeada de hayedo por todas partes. Hacia el norte, en invierno, se divisan las alturas cercanas. En verano no gozará de visibilidad alguna.

Manteniendo la dirección que llevábamos (N) seguimos por lo más elevado de la cresta. Después de varios puntos de parecida altura, cuando el terreno cede, iniciamos descenso a la derecha, sin camino, por helechal.

Encontramos un camino herboso y, girando a la izquierda, marchamos en dirección norte, sin perder altura. Avanza por rasos con helechal.
Nos sirve de referencia la cima de Xuriain.
Después de unos minutos volvemos a entrar entre hayas y descendemos más.
El camino se diluye. Seguimos, en descenso entre hayas, sin cambiar la dirección norte. Después perdemos altura entre más helechos.

Encontramos un camino más asentado y ancho (Karatongo Bidea). Tiene aspecto de cierto abandono. Está algo encharcado por las surgencias de agua.
Lo seguimos hacia la derecha (Nordeste).

Collado de Karatongo.
De la derecha llega el camino que rodea Urdanaz, y que podíamos haber seguido si no queríamos ascender el monte anterior.
A la izquierda marcha una pista amplia que desciende hacia Arizu.
Hay dos alambradas en ángulo cerrado, hacia este lado. Separan los municipios de Anue y Esteribar.
En pocos metros, olvidando la pista, subiendo por la derecha de los alambres, seguimos el camino que remonta hacia la cima de Burdindogi.
Camino un tanto irregular y descarnado. Al mismo tiempo que vemos cómo se va definiendo, la ascensión se hace más pronunciada.
Poco a poco el bosque va quedando abierto a nuestra derecha, hacia el barranco. Por este lado sube otro camino desde Iragi.

Ermita del Santo Cristo de Burdindogi.
En zona amable, allanada. Está rodeada de un pequeño prado.
Cercano se levanta un hito, con una placa, que recuerda a Mikel Buzunariz, fallecido en los Picos de Europa en 1972.
La ermita es de cierta altura, con tejado a cuatro aguas y con refugio adosado, orientado al sur.
Fernando Pérez Ollo, en el libro «Ermitas de Navarra», editado por Caja Navarra en 1983, dice: «...Centro de devoción antiguo: en 1326 el merino de Sangüesa mandó ocho hombres a pie y ocho a caballo para facilitar el romeraje a Burdindogui. La cadena de ermitaños llega hasta tiempos recientes. Igual de Soria, en 1796, mandó reparar el techo. Cerca hay una fuente cuyas aguas son muy eficaces contra la sarna, al decir de DGH».

Ahora, metiéndonos entre las hayas del fondo, buscaremos la cima ganando altura en dirección nordeste por el interior del bosque.
La progresión es muy sencilla, por terreno limpio.

Cima de Burdindogi.
El punto cimero está formado por unas placas inclinadas de roca que levantan un par de metros sobre el terreno circundante.
Al lado hay un recordatorio de Juanjo Navarro «Kiliki», apreciado montañero y amigo que falleció en una de las primeras expediciones navarras que intentaron llegar al Everest.
No hay, en este momento, un buzón en pie.

La ausencia de buzón propiamente dicha hace que algunos dejen sus tarjetas bajo este recordatorio.
La visibilidad está muy reducida por el arbolado. No obstante, si ascendemos en época invernal podemos apreciar a nuestros pies las canteras de magnesitas, al fondo el Adi y el bosque de Quinto Real, así como algunas cimas del Pirineo como el Ori, Orztanzurieta, etc.
Girando 90º respecto a la dirección en que subíamos, tomamos ahora por la cresta, un poco a su derecha, por el bosque en suave descenso, sin camino, para (en poco rato), seguir la senda que une el collado entre la ermita de Burdindogi y el collado con Goitean.

Tras descender un poco por raso volvemos a internarnos entre hayas para alcanzar el collado (Leateko Lepoa).
Pocos metros antes encontramos dos balizas que señalan la dirección de la cima desde la que estamos bajando y la ermita.
Obviando las dos, y alcanzado el collado, subimos de frente, por el bosque, para acercarnos a Goitean.

De la izquierda llega un camino que venía por la ladera norte de Burdindogui. Lo ignoramos
Ascendemos de frente, entre hayas, por lo más alto. Pasamos entre las rocas y un mojón delimitador de términos municipales.
Tres minutos después superamos la pequeña explanada de una carbonera entre el arbolado. Vamos torciendo a la derecha, hacia la cresta, en dirección sur. Se abre un sendero entre los árboles y poco después aumenta la pendiente. Es la subida final.
2:16 - Un cairn sobre una gran piedra cubierta de musgo indica una bifurcación con dos posibles senderos. Por la derecha (el de la izquierda conduce a un lugar que constituye un excelente mirador).

Cima de Goitean.
Algunas rocas protegen el buzón, con forma de caseta cilíndrica coronada por un cono. Hacia el este se abre el bosque y nos permite una bonita panorámica. En las demás direcciones predomina el arbolado.
Vista parecida a la de Burdindogi, aunque más abierta. La visión es excelente sobre el embalse y la localidad de Eugi, con Azegi sobre los mismos. Al fondo se destaca el Corona, delante del Pirineo Oscense y el de Belagua.

Buzón de 1982, pintado de verde. Forma cilíndrica coronada por un cono apuntado: «Goitean - Altura: 1222 m - Sección Infantil del Club de Montaña Errotazar - 25 -IV - 1982».
Hay restos de otro buzón y, sobre una roca plana, tenemos la tablilla de Obras Públicas.

Regresamos ahora hasta el collado anterior.

Otra vez en el collado.
Ahora nos acercamos a las dos balizas. Torciendo a la izquierda seguimos el sendero hacia la ermita.

Otra vez pasamos por la ermita del Santo Cristo de Burdindogi.
Iniciamos descenso por el mismo camino por el que hemos ascendido.

En las cercanías del collado (Leateko Lepoa) desde el que hemos iniciado la ascensión, nos acercamos a la bifurcación y tomamos por la izquierda, casi sin cambiar de dirección, el camino que rodea Urdanaz.
A la derecha queda el trazado por el que hemos venido antes.
Vamos en llano, bajo hayas. Siempre lleva a la derecha la ladera de Urdanaz. A ratos se ve ligeramente encajado. En ocasiones el suelo es algo pedregoso.

Punto donde nos habíamos desviado del camino para ascender por el lomo de Urdanaz a través del helechal.
Ahora todo el camino coinciden ida y regreso.
Cruzamos la alambrada y por la pista alcanzamos el paraje de Usator.
Después a la izquierda, ascendiendo la ladera entre hayas para llegar al lomo de Berdegi.
Alcanzado este lo vamos recorriendo hasta…

Cruzamos la alambrada que nos separa del descenso hacia el puerto de Egozkue. Recordemos que hay que estar atentos para no despistarnos, pues la senda que sigue hacia la cota es muy clara.
Este descenso es el último tramo.

Puerto de Egozkue.