San Miguel es una ermita que asoma entre las hayas, casi en la cresta, cuando la buscamos desde la localidad de Goñi. Queda en las estribaciones que caen hacia el este de la sierra de Andia. Es accesible desde un carretil antiguamente asfaltado y hoy con más piedras que asfalto, que sube desde el pueblo. Hasta hace unos años estaba cerrado con cadena los fines de semana. Hoy en día lo habitual es que esté abierto, y sin grandes dificultades, podamos subir con vehículo hasta la ermita. Si no la retiran, cuando hemos hecho la ruta había una roca cruzada en medio del carretil, pero dejaba el sitio justo para pasar con el coche.
La Trinidad de Iturgoien queda al sur de la Sierra. Domina desde la altura de los rasos la localidad de Lezaun. Hasta ella llega de Iturgoien una pista muy cuidada, transitable por vehículos.
Entre ambas vamos a describir un recorrido que desciende suavemente en primer lugar por hayedos que acaban por ceder el protagonismo a los rasos a la altura de las bordas de Urdanoz y El Pelotón. Después el camino enlaza con un collado, junto a una pequeña caseta solitaria en la loma desde la que divisamos la balsa de Ikomar. Descendemos de nuevo con suavidad y ascendemos en dirección sureste hacia otro collado hasta el que llegan los bosques de los barrancos que marcan el límite sur de Andia. Torcemos entonces en ángulo recto para tomar un camino por la altura, que sin entrar en el arbolado nos lleva hasta las inmediaciones de la ermita de la Trinidad tras superar la tapia que marca el límite del Parque Natural de Urbasa-Andía.
Proponemos luego el regreso desviándonos algo hacia el oeste para visitar la balsa de Ikemar y retomar el itinerario inicial en el collado junto a la caseta.
El recorrido, en verano, es una delicia paisajística y natural. Grandes rebaños, especialmente de caballos, pero también de vacas y ovejas, pastan por los rasos y se acercan a las balsas a calmar la sed. En sus orillas crían las ranas y saltan al agua en masa en cuanto nos acercamos. Los córvidos dominan el aire en pequeñas bandadas.
La gran pared de la sierra de Beriain, con la ermita de San Donato, domina el horizonte norte. Manchas de almohadillas de brezos y enebros marcan las zonas menos presionadas por los pastos. Las dolinas, menos abundantes que en Urbasa, pero igualmente presentes, nos recuerdan la estructura kárstica que impide la presencia de fuentes y corrientes de agua.
La ruta puede enlazarse o combinarse con otras ya publicadas en Rutas Navarra, como la que asciende a la
Trinidad desde Venta Zunbeltz, o la que recorre
Treku, Txargain y Peña Blanca.