Km. 3 (antiguo 31) de la carretera de Pamplona a San Sebastián por el puerto de Belate (actualmente en desuso tras la construcción de los túneles, hay que desviarse tras superar las ventas de Arraiz y ascender por la antigua carretera). Aparcamiento amplio a la derecha del asfalto, junto a alambrada con portillo que da entrada a un grupo de hayas a través de las cuales se inicia un ancho camino.
Salimos en pocos metros a terreno despejado, con brezal-helechal y vamos describiendo una curva a la izquierda, contorneando una ladera sobre un barranco. Algunas marcas de la GR-12 (rojas y blancas) indican que estamos sobre este itinerario. Les acompañan señales verdes del SL «Aratxuri».
Cinco minutos después volvemos a entrar en hayedo y ascendemos un poco, para salir de nuevo a terreno despejado y llano. Poco antes hemos podido ver el barranco en toda su amplitud, y en su cabecera las cimas de Gartzaga y Okolin.

Cruce con la calzada romana. Por la izquierda se asciende a un collado al que también es posible acceder desde Venta Quemada. Por la derecha, en descenso, llegaremos al Monasterio u Hospital de Belate visible debajo, a la derecha.
Bajamos hacia el monasterio.

Monasterio de Belate
Pasamos entre los dos edificios. Crecen a su alrededor los fresnos y algunas hayas, y pasa unos metros más abajo un arroyo que baja del collado entre Gartzaga y Okolin. Es el primer tramo del río Ultzama.
Lo atravesamos por un puente formado por una plancha de cemento y seguimos el camino que tuerce hacia arriba a la izquierda.
Tras dos curvas cerradas nos apartamos del barranco y torcemos hacia la derecha (al sur).

Desviación a la izquierda por una senda herbosa (justo cuando una alambrada está a punto de incorporarse al camino por ese lado).
Enseguida dejamos atrás una escalerilla que ya veíamos desde abajo cuando hemos cruzado una regata.
Minuto y medio después pasamos por una ancha zona llena de humedad, con crecimiento de juncáceas.
Unos treinta metros después, al entrar entre las hayas abandonamos el camino y ascendemos en perpendicular por el arbolado, limpio y muy cómodo de caminar si no fuera por la pronunciada pendiente.
Nos servirá de referencia continua el mantener a nuestra derecha la pequeña depresión que forma el torrente que desemboca en la zona húmeda que hemos atravesado abajo.
Pasamos por restos de carboneras en medio de las hayas. A los treinta y cinco minutos atravesamos un camino perpendicular a nuestra dirección. Seguimos ascendiendo a través del bosque.

Asomamos a zona despejada, límite superior del hayedo, ocupada por un helechal tupido y desarrollado.
Desemboca en este mismo punto el camino que hemos cruzado antes. A partir de aquí se adivina su recorrido y lo seguimos hacia el collado entre Algorrieta y Loiketa. Pronto la altura de los helechos disminuye y la vista se amplía y aclara.
Pronto vemos que podemos desviarnos hacia la cresta, por la derecha, al fondo, buscando la senda que llega hasta la cima de Loiketa.
Alcanzamos esta cresta en dos minutos, y podemos ver cómo se derrumba, rocosa, al otro lado. Abajo vemos un montón de acúmulos pedregosos.
La senda recorre la cresta hacia la derecha, a veces entre arbolillos, a veces entre helechal, incluso en un momento determinado atravesando un amplio rodal de arándanos.

Cima de Loiketa. Paraje muy agradable, herboso, rodeado de hayas achaparradas, castigadas por el viento.
Al norte vemos el repetidor de Belate, sobre Venta Quemada. Al este tenemos Algorrieta, Okolin y Gartzaga. Al sur se extiende el valle de Ultzama y de telón de fondo las sierras de Alaiz, Perdón, Higa de Monreal, Izaga…
Hay un mojón de separación de los términos municipales de Ultzama y Lantz.
Deshacemos lo andado y descendemos junto a la cresta hacia el collado con Algorrieta.

Loiketako Lepoa (collado con Algorrieta). Por la derecha llega una senda procedente de Lantz. Iniciamos la ascensión por terreno despejado con helechales. Nos espera una cresta algo rocosa, pero coronada por un alargado grupo de hayas. La cima está al fondo, a la izquierda, por lo que enlazamos sendas diversas buscando ese punto.

Cima de Algorrieta.
Coronada por un montón de piedras. Vista semejante a Loiketa, aunque Gartzaga y Okolin nos tapan, con su altitud y cercanía, la vista hacia el este. Mejora sin embargo la vista hacia el oeste.
Bajamos algo hacia el collado de Errebelu, donde hay dos charcas que permiten abrevar al ganado en época húmeda. Iniciamos después de tres minutos la ascensión por la larga pendiente herbosa.

En el paraje de Irumugeta, confluencia de los términos de Baztan, Ultzama y Anue, encontramos un bello cromlech del que asoman sus piedras sobre la hierba, formando un círculo.
En la imagen vemos parte de las losas. Al fondo asoma la cima de Gartzaga.
Seguimos ascendiendo la larga pendiente herbosa hacia Okolin.
Alcanzamos al rato un lomo anunciador de la cima. Una hilera de estacas de la GR-12 nos permite compartir de nuevo su recorrido.

Cima de Okolin. Puntiaguda pero herbosa. Despejada.
Buzón en forma de caserío pintado de blanco, rojo (antes era de tejado negro) y verde. Placa: «C.D. Anaitasuna - Iruña-Pamplona 11-06-72 - Okolin 1362 m».
La vista al este se ha abierto ya por la mayor altura de esta cima. Tras Saioa, que tenemos en primer plano, vemos el cresterío pirenáico, divisamos también Ortzanzurieta, etc.
En el valle podemos apreciar perfectamente las localidades de Berroeta y Zozaia, ambas pertenecientes a Baztan.
Descendemos ahora por la vertiente opuesta a la que hemos ascendido, para bajar hacia el collado con Saioa.

Collado entre Okolin y Saioa.
Algo más adelante la GR-12 se desvía por la ladera sur para alcanzar el collado con Xuriain. Está perfectamente señalada por las marcas.
En nuestro caso seguimos, algo ladeados, por lo más alto. La ascensión resulta desde aquí larga y dura. Mejor tomárselo con calma. Ascendemos por terreno herboso, por lo más alto, haciendo algún zig-zag si la pendiente se nos atraganta.

Cima de Saioa.
La vista es extraordinaria en días buenos (son frecuentes las nieblas, que provocan pérdidas frecuentes de más de un montañero).
Destacan por su cercanía Autza hacia el norte, Xuriain al sur, y más al este el Adi.
Está coronada por vértice geodésico y con un buzón completamente deteriorado y oxidado. Antiguamente albergaba un termómetro del que quedan vestigios.
Dos metros más al norte hay un buzón nuevo en acero inoxidable del club Albatros que representa una tienda de campaña.

Si sopla el viento resulta desagradable permanecer mucho rato en la cima.
Iniciamos el descenso por donde hemos subido, hasta el collado con Okolin.

Collado. Para no tener que ascender de nuevo hasta la cima de Okolin, tomamos un desvío por senda ascendente a la derecha, por la ladera norte. Se introduce entre las hayas torturadas por el viento.
Si observamos la imagen vemos cómo la senda marcha hacia la zona más alta del arbolado.
Dentro del hayedo se entrelazan muchas sendas, pero es sencillo mantener la principal. La ladera es abrupta, pero si no abandonamos la senda más clara (siempre con un tono ligeramente ascendente), no habrá problema alguno para salir al otro lado, donde podremos descender (de nuevo por terreno herboso), hacia el collado con Gartzaga.

Salimos de entre los árboles y nos acercamos a la loma que une Okolin con Gartzaga, trazando una curva para tomar dirección norte.
Volvemos a encontrar las marcas de la GR. Descendemos hacia el collado.

Collado entre Gartzaga y Okolin (Gartzagako Lepoa).
Hay una zona húmeda donde crecen los juncos.
Se situa en la cabecera del barranco que tiene, a un lado, las cimas de Okolin, Algorrieta y Loiketa, y al otro (Norte), Gartzaga y Azkenatz.
La ascensión hacia Gartzaga, mitad por hierba, mitad por piedras, es corta pero fuerte.

Cima de Gartzaga.
Vista semejante a las anteriores, quizás mejor hacia el norte, con la zona de Baztán bajo nosotros. Buzón bastante oxidado y deteriorado, en forma de cilindro y con cruz junto a él.
Desde Gartzaga podemos descender al collado donde hemos iniciado el ascenso o bien bajar hacia Azkenatz. Puede resultar más cómoda la primera opción, pues hacia el oeste el terreno está lleno de piedras desplomadas de la cima que dificultan la marcha.
Seguimos perdiendo altura hacia una caseta que tiene una fuente y un aska sobre ella.

Aska y fuente. Podemos reponer la cantimplora (agua muy fría). Algo más abajo está la caseta mencionada con una alambrada a su alrededor.
Si nos hemos cansado de hacer cimas podemos bajar a buscar el camino por la derecha de dicha caseta que nos conducirá hasta Ermitako Lepoa a media ladera por el interior del bosque.
De lo contrario nos vamos hacia un corral cercano al lomo que une Gartzaga con Azkenatz, nuestro siguiente objetivo. Ligero ascenso que después de sobrepasar dicho corral se acentúa un poco.

Cima de Azkenatz.
Aunque hay tres puntos de similar altura formando un semicírculo, el más alto es el que queda más cercano a nuestra ascensión.
Ahora nos iremos en dirección este, en un tendido descenso por los prados más altos. Pronto encontramos marcas de rodada que marchan en dicha dirección y las seguimos.

Tras una suave depresión ascendemos unos pocos metros y volvemos a descender, ahora hacia Ermitako Lepoa, cruce de caminos.
Al fondo vemos la zona de Venta Quemada y las antenas de Telefónica.

Ermitako Lepoa.
Aquí estaba antiguamente la ermita de Santiago. Por la derecha llega (por la calzada romana jalonada con grandes piedras a manera de hitos) el Camino de Santiago de Baztan, que ahora seguiremos a la izquierda para volver hacia el Monasterio de Belate.
De frente sube el sendero procedente de Venta Quemada, por la ladera septentrional de Urdanbidegi (la cota que tenemos enfrente).
Escorándonos a la izquierda cruzamos la pista y tomando un sendero que cruzando la alambrada (muga entre Baztan y Ultzama) comienza a descender con rapidez hacia el barranco.
Enseguida vemos debajo el edificio del monasterio. Así llegamos al cruce mencionado al principio.

La calzada romana enlaza con la pista del comienzo del recorrido.
Ahora regresamos girando a la derecha.

Salimos a la carretera de Belate.
Punto inicial. Fin del recorrido.