Le propuse a la Federación realizar un traspaso de todas mis responsabilidades como director para adelantar mi jubilación antes de llegar a ella dentro de dos años. Por ello, voy a continuar como vocal en la Junta Directiva de la Federación Española para coordinar y ayudar a mi sucesor, el aragonés Antonio Turmo. He estado 13 años en la federación y los últimos cinco como asalariado. No obstante, continúo como vicepresidente de la Federación Europea (European Rambler's Federation) donde tengo aún un mandato de dos años.

¿Qué balance realiza de sus trece años como Director General de Senderismo?

Estoy muy satisfecho de haber pasado de una situación en la que el senderismo no se conocía prácticamente a otra en la que (ahora) está dentro del sector turístico como una oferta con gancho. El balance es bueno, se han desarrollado varios aspectos, como la calidad de los senderos, la formación de los técnicos o las publicaciones especializadas, en gran medida por el empuje y la demanda del sector turístico, que últimamente, además, está dejando de estar tan ligado a la playa y acoge otros destinos como es el turismo de interior.

¿Le ha quedado algo por hacer dentro de la Federación Española?

Siempre quedan cosas, pero he dejado a mi sucesor una base, porque hasta ahora habíamos trabajado de forma autodidacta. Nuestra mayor preocupación en este momento no es ir sumando kilómetros, como si fuéramos a buscar un récord, sino, simplemente, que lo que se ofrece en cualquiera de los diferentes senderos esté en condiciones suficientes de calidad.

Y en Europa se están ampliando los horizontes.

El hito principal de todos estos años se realizó la semana pasada, al iniciarse un sendero continental africano en Marruecos y éste, a su vez, se convierte también en parte de un sendero intercontinental que proviene de la isla de Creta, en Grecia, realiza todo el arco alpino y llega a Tarifa, donde estaba detenido a la espera de que Marruecos tuviera el interés de desarrollar este tipo de turismo alternativo. Yo me he implicado muchísimo personalmente en este proyecto, en el que ya se está facilitando el paso de Europa hacia África. Luego, la progresión será lenta, pero queremos llegar hasta el África subsahariana.

¿Qué trazado tiene este sendero intercontinental?

El recorrido comienza en Creta, pasa por los Balcanes, el arco de la cordillera alpina, entra por el Pirineo catalán y llega a Tarifa paralelo a la costa Mediterránea. Pero desde ahora el punto cero ya no está en Tarifa sino en Tetuán (Marruecos). El proyecto en la zona africana es de 3.000 kilómetros y aproximadamente otros 7.000 discurren por Europa. Este es el primer sendero intercontinental de la historia de esta actividad.

La buena salud del senderismo parece que se resiente en Navarra.

En Navarra es donde está el problema, es mi gran disgusto de estos últimos años. Antes de dejar la presidencia de la Federación Navarra en 1999, realicé una petición in extremis al Gobierno de Navarra para que rehabilitara la red principal y así se hizo. Me marché muy contento, pero estas cosas no se pueden dejar pasar tantos años. El propietario de ese patrimonio es el Gobierno de Navarra, la federación no puede hacer nada.

¿Cuándo se produjo la descatalogación de los senderos?

Los senderos se encuentran descatalogados desde hace aproximadamente un año. Ya es hora de que reaccione el Gobierno foral. Los senderos de pequeño recorrido y los de carácter local aún están más o menos adecentados, pero el problema está en los de gran recorrido. En otras comunidades, tienen decretos sobre normalización y desarrollo de los senderos, pero aquí no hay nada. Además, se daban situaciones curiosas porque las quejas relativas a los senderos que se recogían en las oficinas de turismo, éstas las mandaban al Gobierno y el departamento las pasaba a la federación.

¿Podrá haber pronto una solución?

Espero que sí, esta situación no puede seguir así. Si hay voluntad política, podrá haber una solución.

¿Ve con optimismo el futuro del senderismo, seguirá su crecimiento?

Sí, por supuesto, nosotros estamos ahora empezando lo que empezó en Centroeuropa, en Francia, como está también ocurriendo en otros países. Esto está muy relacionado con la evolución del turismo. El turismo convencional de sol y playa se ha desgastado, ha llegado a la cresta de la ola y parece que las nuevas generaciones buscan romper con esta sociedad tan trepidante y ya hay gente que parte las vacaciones para ir a la playa y a la montaña. Esto se está viendo venir, y de una manera muy rápida, por lo que hay que estar preparados.